Prensa promueve sentimientos de racismo, segregación e intransigencia ciudadana en el departamento del cauca
Violación al buen nombre del CRIC y al derecho a estar bien informado, una siutación recurrente en la prensa colombiana.
Que un periodista nacional, de esos que nunca sale de su cabina, entreviste a Ana Silvia Secue y se admire de sus planteamientos resulta comprensible, pero que sea Francisco Santos, Ex-vicepresidente del gobierno Uribe, uno de los responsables de la creación de la Opic, organización de la que la entrevistada es su principal vocera, no es más que un acto cínico, en donde un agente del poder usa un medio informativo para tergiversar la verdad y crear condiciones para romper o hacer más difícil la convivencia ciudadana.
La situación sucedió el día 16 de julio y fue protagonizada por el actual socio de rcn y del periódico El Tiempo, Francisco Santos, quién desarrolló un dramatizado, donde, con entusiasmo de locutor deportivo hizo la siguiente presentación «Otra voz del Cauca, una voz distinta, una voz que, dijo no más. Me aburrí. Me abro, no quiero seguir haciendo sí, no quiero seguir eh… escuchando las mismas cosas, ¿quién es Espinosa?». Viene luego toda una diatriba contra el CRIC, Autoridad tradicional de los pueblos indígenas del Cauca, estimulada por periodistas desinformados de la verdadera situación regional. Este estilo mediático, que ha hecho escuela en Colombia, se fortalece con la mentira y el rumor programado por mentes perversas que usan a las personas, contribuyendo a fomentar la idea que quienes hablan mal de los contradictores del gobierno son valientes, mientras quienes lo critican son malos y amigos del terrorismo. Esto se comprueba luego, cuando el periodista de marras sentencia con voz meliflua, aumentando el dramatismo «…Ana Silvia a usted no le da miedo hacer estas declaraciones, usted sabe que esto lo cobran las farc y sus milicianos allá adentro, y, ¿usted no está amenazada?, a usted no le da miedo que la maten por decir algo que nadie se atreve a decir…»
Cabe preguntarse, qué distinto dijo la vocera de la opic que no haya dicho ya el ex–presidente Uribe, que no hayan dicho los generales de la república, que no haya dicho el ex-gobernador Juan josé Chaux, que no hayan expresado varios ministros del actual gobierno, es decir, que no hayan dicho los señores de esa derecha recalcitrante que se niega aceptar las acciones de resistencia y defensa a la vida que realizan los indígenas Nasa del norte del Cauca y en general los indígenas de todo el país. Es claro que Francisco Santos, primo hermano del actual presidente de Colombia, hace parte de una élite nacional que no acepta el reclamo frente al derecho fundamental a defender la vida y a permanecer como pueblos.
Sin lugar a dudas el señor Santos no es tonto, aunque a veces pareciera que él quisiera que así lo vean los colombianos, y como no lo es, él sabe que en Colombia, según la Corte constitucional, hay 34 pueblos que están en riesgo de desaparición forzada, entre ellos siete pueblos indígenas del Cauca, siendo uno de ellos el Pueblo Nasa. Sabe también que dicha situación ha sido generada por la permanencia de un conflicto armado que no nos pertenece y que se desarrolla en nuestros territorios ancestrales desatendiendo nuestras exigencias. En consecuencia, desalojar a la guerrilla y exigir que la fuerza pública no esté más en medio de la sociedad civil, más cuando esos territorios son propiedad colectiva, ha sido una decisión tomada por comunidades y autoridades indígenas después de comprobar que, solo en el norte del Cauca, se han perpetrado cerca de 600 episodios armados que han dejado por lo menos 2500 víctimas civiles, en un periodo menor a 18 meses, de las cuales más de un centenar ha perdido la vida.
En este contexto es importante recordar que la opic se creó para negar la voluntad colectiva, pues su historial está lleno de documentos y expresiones que invitan a que la los comuneros indígenas se retiren de los censos de los cabildos, proscriban la educación propia y la medicina tradicional y reclamen la propiedad privada como forma de tenencia de tierra. La construcción de la opic fue un proceso lleno situaciones paradójicas, que, aunque la desconoce la opinión pública, el señor Francisco Santos sí las conoce por haber sido en el periodo de su gestión que se creó ese entuerto. Veamos algunas de las circunstancias destacables del proceso: a) En el acta de constitución opic, presentada ante cámara de comercio, aparecen registrados como fundadores varios mandos de la fuerza pública, funcionarios del gobierno Uribe y del gobierno Chaux; b) El distintivo de su hoja membrete es un águila negra en descenso; c) Uno de los directivos fue jefe de un reconocido grupo de autodefensas campesinas que operaba en la región y quién tiene varias investigaciones por participación en la masacre del Naya; c) Por haber sido primero la opic una ONG registrada en cámara de comercio se limitaba la posibilidad de apoyos institucionales, por lo cual la oficina de asuntos étnicos del ministerio del interior facilitó la creación de la única organización interétnica del país (ojo, no indígena) denominada opic y lograda mediante el engaño a dos comunidades indígenas Waunam del Chocó, las cuales, curiosamente, dejaron como directivos a dos personas del Cauca, una de ellas la señora Ana Silvia Secue.
Es de trascendental importancia que el comportamiento de ciudadanos, tanto nacionales como regionales y locales de Popayán, que se escudan como trabajadores de los medios de comunicación para exponer sus puntos de vista, sea investigada por los organismos de control del Estado colombiano y por las instituciones de la justicia, pues individuos como Francisco Santos, usan los medios de forma parcial, no garantizan el derecho de los colombianos a estar bien informados, pues usan frases que son más peligrosas que las balas de los grupos armados mientras utilizan las voces dispersas de la llamada opinión pública para fomentar el odio y la discriminación a nombre de organizaciones creadas para tal fin.