Lucha campesina se fortalece con la reactivación de la ZRC
La decisión del actual Gobierno de reactivar la Zona de Reserva Campesina (ZRC) del Valle del Río del Cimitarra, que había suspendido el ex presidente Uribe mediante un decreto en 2003, es un reconocimiento a los años de pacífica resistencia y al trabajo y respeto por la tierra que ha caracterizado a los campesinos y campesina de la región.
A través de una decisión ejecutada por el Incoder,desde el mes de febrero de 2011, los pobladores de Yondó y Remedios (Antioquia), y Cantagallo y San Pablo (Bolívar) recuperaron e fuero jurídico de esta histórica zona de reserva campesina que aunque perdió su título formal, durante más de 7 años continúo funcionando como tal gracias a la capacidad organizativa de sus habitantes.
Igualmente, es motivo de celebración el anunció realizado por el director del Incoder, Juan Manuel Ospina , sobre las próximas ZRC que se constituirán en los Montes de María, Meta, Norte de Santander y Magdalena.
Sobre las ZRC
La Zona de Reserva Campesina, contenida en la Ley 160 de 1994, corresponde a un área geográfica delimitada, que se caracteriza por el predominio de terrenos baldíos, una historia de colonización campesina y la presencia de importantes recursos naturales .
Sobre esta zona delimitada los campesinos diseñan un plan de desarrollo dirigido a garantizar su vida digna, la satisfacción de los servicios básicos, la titulación de predios campesinos, el impulso y estabilización de la economía campesina y la protección de los recursos naturales . La construcción del plan de desarrollo se realiza en coordinación con las autoridades gubernamentales, que deben tenerlo en cuenta como una prioridad de inversión en cada uno de los niveles de gobierno: local, regional y nacional .
En las zonas de reserva campesina las comunidades actúan como protagonistas directas de la
construcción y ejecución de los planes de desarrollo local y regional, en coordinación con las diferentes instituciones del Estado .
Los colombianos conocieron oficialmente as Zonas de Reserva Campesina (ZRC) en 1994, año en el que el Gobierno creó esta figura jurídica bajo la Ley 160. Sin embargo, este protocolo legal, no es más que la materialización de la resistencia campesina que se fue gestando desde los años 50 a través de sindicatos y otras formas de organización comunitaria, que aunque en algunos casos no tenían nombre propio sí cumplían la tarea de evitar la concentración de la tierra, defenderse de los abusos de los grandes terratenientes, promover mecanismos de producción comunitarios y velar por la equidad de quienes conformaban esos colectivos campesinos.
Dario Fajardo Montaña, investigador de la problemática agraria del país, profesor universitario y actualmente consultor de la FAO en Colombia, señala que la idea de las ZRC surgió más específicamente en la década de los 80 «de un lado en el marco del trabajo que estaba desarrollando Alfredo Molano con los campesinos colonos de Vista Hermosa y La Macarena donde discutieron mucho el tema de las reservas, y, de otro lado del trabajo que simultáneamente se estaba desarrollando desde la Corporación Araracuara en el Caquetá donde surgió una preocupación por la necesidad de generar posibilidades para que los pobladores de zonas muy apartadas como las del sur del país tuvieran estabilidad socioeconómica y de acceder a centros de mayor desarrollo y crecimiento».
Un poco más atrás, otro de los antecedentes de las ZRC fueron las llamadas zonas de autodefensa campesina en la década de los 60, que eran territorios apartados en los que se alojaron campesinos huyendo de los escenarios de guerra y en los que desarrollaban procesos de producción agrícola comunitaria «con el conocimiento que el campesino no puede sobrevivir solo , sino que es en comunidad como puede vivir más dignamente», señala Fajardo.
Pero, para Fajardo, el comienzo de todo está en la sangre indígena y afro con sus ‘rochelas’, ‘palenques’ y ‘quilombos’, que como lo documentó Martha Herrera en su investigación ‘Ordenar para controlar. Ordenamiento espacial y control político en las llanuras del Caribe y en los Andes Centrales Neogranadinos’, fueron lugares en los que se refugiaban indígenas que se resistían a la tributación colonial o esclavos que huían del control de los ‘blancos’ y que claramente fueron las primeras semillas de las comunidades campesinas.
Posteriormente, entre 1910 y 1930 se identifican otras manifestaciones sociales que dieron impulso a las ZRC, fueron los baluartes del Sinú que se constituyeron en la costa, y que el profesor Orlando Fals Borda documentó en su trabajo sobre hacienda y poblamiento en la costa atlántica y las califica como expresiones de la resistencia campesina contra el régimen de tributos impuesto por los hacendados.
La historia de la zona de reserva campesina del Valle del río Cimitarra