Reconfiguración y expansión del paramilitarismo en Colombia
Las comunidades rurales continúan enfrentando el flagelo del paramilitarismo, una amenaza que, lejos de desaparecer, se ha transformado y adaptado para consolidar su dominio territorial y político. Para muchos, este 2024 ha sido un año en el que la estrategia de expansión ha tenido un repunte en zonas como el Oriente colombiano, el norte de Chocó, Urabá y el Bajo Cauca Antioqueño, el sur de Córdoba y el Sur de Bolívar, y los Santanderes.
Luego de que en el año 2006 se diera el proceso de sometimiento paramilitar, se reactivaron grupos sucesores del paramilitarismo, reconfigurando estructuras como el Clan del Golfo; el Bloque Resistencia Tayrona, conocidos ahora como Las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada -ACSN- o Los Pachenca; los Caparros y los Paisas, grupos narcoparamilitares que se formaron a partir de disidentes de las AUC que se negaron al desarme.
El Clan del Golfo representa una de las estructuras armadas más peligrosas y fortificadas del país. Sus orígenes se remontan al paramilitar Vicente Castaño, quien se separó del proceso de desmovilización de las AUC y rearmó esta unidad. A la muerte de Castaño, en marzo de 2007, Daniel Rendón Herrera, Alias “Don Mario”, heredó la red y le asignó el nombre de “Bloque Héroes de Castaño”. Luego de que se dieran a conocer como los Urabeños -nombre proveniente de los paramilitares reclutados en la región de Urabá-, el Estado colombiano los caracterizó como una Banda Criminal -Bacrim-.
Ya en el 2009 es capturado alias “Don Mario” y la estructura armada quedó bajo el control de los hermanos Juan de Dios Úsuga, alias “Giovanni”, y Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel», quienes renombran el grupo con su propio apellido como ‘Clan Úsuga’. En enero de 2012, fue muerto Giovanni en el departamento de Chocó, por lo que Otoniel quedó como máximo líder. En 2013, el grupo se conocería como Clan del Golfo y en 2016 el Estado los categoriza como Grupo Armado Organizado -GAO-. Pero en la búsqueda por desligarse de su pasado paramilitar y mostrarse como un grupo armado de carácter político y ocultar sus verdaderas actividades ilegales, se dan nombre de Autodefensas Gaitanistas de Colombia -AGC-, las que en 2023 cataloga como una Estructura Armada Organizada de crimen de alto impacto[1]. En febrero del 2024, cambian nuevamente su nombre para denominarse Ejército Gaitanista de Colombia, este cambio se da para desvincular aún más cualquier asociación con el paramilitarismo[2]. Lo cierto es que son muchos y nuevos nombres para el mismo viejo paramilitarismo.
Con la firma del acuerdo de paz en 2016 entre el Gobierno Nacional y las extintas FARC-EP, se profundiza un proceso de expansión del paramilitarismo en el país, motivado por la apropiación de rentas y la ocupación territorial en zonas dejadas por la otrora guerrilla. Esta expansión se da mediante un modelo de empresa con un amplio portafolio de negocios ilegales como el narcotráfico -ingreso principal-, la minería ilegal, la extorsión, la trata de personas (especialmente de migrantes), las franquicias o tercerización de grupos ilegales que contribuyen con financiación, armas y recursos en territorios donde no tienen presencia a cambio de dar vía libre para mover sus negocios. Esto a través del control social mediante la entrega de dinero o la imposición del miedo, además de la influencia y las conveniencias políticas y económicas de grupos de poder y de las élites del país que históricamente han estado inmersas en este proyecto paramilitar[3].
Cifras recientes muestran cómo el Clan del Golfo ha logrado expandirse territorialmente y aumentado sus tropas en gran parte del país. Según la Defensoría del Pueblo, para 2023 hubo presencia de este grupo en 392 municipios de 24 departamentos[4], cifra que contrasta con un informe de inteligencia reservado del Ministerio de Defensa al que tuvo acceso La Silla Vacía, en el que se menciona que para 2023 este grupo tenía influencia en 208 municipios del país, en 15 departamentos. Pero esta expansión no solo puede ser vista por los territorios en los que tiene presencia, sino que también, su proceso de control y expansión pasa por ampliar, intensificar y profundizar su dominio en una zona en la que ya hacía presencia. Según el informe de inteligencia del Ministerio de Defensa, el Clan del Golfo tendría por lo menos 5.000 integrantes en sus filas, pero según su vocero, el abogado Ricardo Giraldo, la organización contaría con alrededor de 13.500 integrantes. Sin embargo, el ex comisionado para la paz, Danilo Rueda, dijo a inicios de 2023 que este grupo tenía cerca de 9 mil hombres en sus filas, y a finales de ese año, sostuvo que serían 14.000 sus integrantes.
Este proceso de expansión y control territorial se ha dado en zonas en las que históricamente ha tenido presencia alguna de sus estructuras, como en el norte de Chocó, pasando por el Urabá y Bajo Cauca antioqueño, además del sur de Córdoba, hasta el sur de Bolívar. En 2020, la Corporación Jurídica Libertad y la Fundación Sumapaz, publicaron el informe “La Paz Confinada”, que retrata la presencia de nuevos grupos armados en Antioquia, destacando el crecimiento del Clan del Golfo en al menos el 90% de los 125 municipios del departamento, dejando ver cómo su expansión ha permeado el poder institucional y hasta la propia Fiscalía General de la Nación, en aquel entonces en cabeza del Fiscal Francisco Barbosa[5].
Para el año 2019, durante el gobierno de Iván Duque, el Clan del Golfo llegó al Sur de Bolívar y desde aquella época ha persistido en su expansión, la cual ha avanzado ante la convivencia y cooperación que tienen con el Ejército Nacional, tanto por la inacción, como por la protección que les brindan, reflejando la grave contradicción que hay entre las directrices que da el Presidente, versus, las órdenes que dan los mandos militares[6]. Su expansión también se estaría dando en zonas que en el pasado no alcanzó a controlar. En Cúcuta, el Clan del Golfo ha tratado de abrirse paso desde 2020 a través del frente Luis Orlando Padierna, cooptando más espacio en las zonas rurales y tratando de tomar el control del microtráfico. Según la Fundación Progresar, tienen presencia en 48 puntos estratégicos de la ciudad. Entre el 2019 y 2020 llegaron a Norte de Santander y se han expandido a municipios como Puerto Santander, El Zulia, Los Patios y Villa del Rosario[7].
La expansión y el posicionamiento del Clan del Golfo se ha dado a gran escala y para 2022 ya se identificaban despliegues de tropas en zonas como la subregión del Magdalena Medio, en la zona alta del Sur de Bolívar (Achí, Barranca de Loba, San Martín de Loba, Altos del Rosario, Río Viejo y Norosí), en la zona media (Santa Rosa del Sur, Simití y sur de Montecristo) y en la zona baja (San Pablo y Cantagallo). Además, en los municipios antioqueños de Yondó, Puerto Berrío, Puerto Nare y Puerto Triunfo. De igual forma en algunos municipios de Santander como Sabana de Torres, Puerto Wilches, Cimitarra y Barrancabermeja[8].
En ese mismo año, la Defensoría del Pueblo informó que 89.000 personas estaban en alto riesgo por la expansión territorial del grupo paramilitar del Clan del Golfo, en los centros urbanos y rurales de municipios de Córdoba, Sucre, Bolívar y Chocó. Un año después, en 2023, la Defensoría del Pueblo emitió otra Alerta Temprana por la expansión de este grupo paramilitar en tres corregimientos de Rionegro, Santander: San José de los Chorros, Papayal y San Rafael de Lebrija. Según una investigadora de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), el control territorial se ha dado mediante paros armados, planes pistola, la incursión de informantes llamados “puntos” y la contratación directa de personas[9].
Desde 2023, las comunidades de la región de los Dos Ríos que comprende el Bajo Cauca y el Nordeste antioqueño, el Sur de Bolívar y el Sur de Cesar, se han declarado en paro regional indefinido por la vida y la permanencia en el territorio y el desmonte de grupos paramilitares en el territorio[10]. El Congreso de los Pueblos, organizaciones sociales y populares de base y diferentes sectores de la población, en el marco de la Movilización Nacional Por la Vida y la Permanencia en los Territorios, también se han unido en la denuncia contra la arremetida paramilitar en los territorios.
Otros de los territorios afectados por los paramilitares ha sido Santa Marta. En el último tiempo el casco urbano enfrenta una problemática de despojo de tierras, presuntamente por las ACSN o Los Pachenca que han sido vinculados a actividades de extorsión y cobro de “vacunas”. Por otra parte, en este año la disputa por el control del territorio entre el Clan del Golfo y las ACSN, escaló a tal punto que generó el desplazamiento de varias comunidades[11].
Señal investigativa, programa de Señal Colombia y Revista Raya, dejaron ver a través de documentos de inteligencia y otros insumos, que se han venido dando reuniones entre empresarios y antiguos jefes paramilitares de las AUC en la búsqueda de crear nuevas estructuras. La investigación también reveló los nexos de esta estructura armada con políticos, funcionarios públicos y narcotraficantes que están apoyando, junto con empresarios, la gran colecta de un millón de dólares para expandir el paramilitarismo en el país[12].
Un ejercicio de memoria que deja claro que el paramilitarismo no ha dejado de existir. Por el contrario, ha fortalecido sus estructuras económicas y armadas, y sigue siendo instrumento de una estrategia política de poderes consolidados a nivel nacional y regional, lo que le permite avanzar con rapidez en su expansión. Su influencia ha crecido significativamente, no solo en los territorios históricamente por ellos controlados, sino en áreas previamente despejadas, ampliando su control territorial.
Cabe decir igualmente que el Gobierno Nacional ha establecido una mesa de diálogos con el grupo paramilitar del Clan del Golfo, la que aún no muestra avances. Con todo, los diálogos con las estructuras paramilitares son difíciles de avanzar, en tanto que el paramilitarismo no son solo unas estructuras armadas, sino que representa un fenómeno mucho más complejo como conjunción de distintos actores con precisos intereses, ya sean políticos, económicos, sociales, empresariales o militares.
Claramente el fenómeno ha cambiado, se reconocen rupturas, pero también continuidades. Ya no puede decirse que exista una estructura única nacional con un alto nivel de mando que coordine el accionar de estas estructuras armadas, más bien lo que existen son estructuras regionales y locales, con sus propias dinámicas y especificidades, de acuerdo con los actores económicos, políticos y militares que hacen presencia en cada lugar.
Con todo, las estructuras armadas paramilitares no son simples grupos de delincuencia desligados de la política y de los poderes económicos dominantes. Estas estructuras mantienen un relacionamiento político con expresiones políticas regionales, con estructuras estatales locales y regionales y con la Fuerza Pública. Con ésta última no siempre se identificará un actuar en operativos conjuntos, pero sí claros niveles de connivencia, relacionamiento o acuerdos para omitir las funciones de control que constitucional y legalmente les corresponde. Algo así como una omisión activa, para garantizar que aquellos puedan actuar libremente.
Si lo anterior no se comprende, muy posiblemente se siga hablando solo del componente militar del paramilitarismo, pero seguirá intacto lo esencial, esto es, su proyecto político en extremo autoritario, el control criminal de los territorios y de las comunidades, las economías legales e ilegales que controlan y el robo de los recursos públicos en los municipios que militar o políticamente dominan.
[1] https://indepaz.org.co/autodefensas-gaitanistas-de-colombia-y-la-paz-total/
[2] https://www.infobae.com/colombia/2024/03/06/el-clan-del-golfo-cambio-de-nombre-ahora-se-llaman-ejercito-gaitanista-de-colombia-cual-es-la-razon/
[3] https://www.scielo.br/j/his/a/tg74msZHyzjy6BMnmVCfjhn/
[4] https://www.defensoria.gov.co/-/la-expansi%C3%B3n-y-consolidaci%C3%B3n-de-los-grupos-armados-ilegales-son-la-principal-amenaza-para-el-pa%C3%ADs
[5] https://www.rtvcnoticias.com/resurrecion-paramilitarismo-testigos-alvaro-uribe
[6] https://estrategia.la/2024/06/07/colombia-por-que-el-paramilitarismo-sigue-actuando-y-en-expansion/
[7] https://www.elespectador.com/colombia-20/conflicto/paz-total-de-petro-alertan-que-clan-del-golfo-se-expande-en-cordoba-bolivar-y-cucuta/
[8] https://credhos.com.co/documents/informes/INFORME-ANUAL-2022-Y-EL-MAGDALENA-MEDIO-QUE-CREDHOS.pdf
[9] https://www.elespectador.com/colombia-20/conflicto/paz-total-de-petro-alertan-que-clan-del-golfo-se-expande-en-cordoba-bolivar-y-cucuta/
[10] https://desinformemonos.org/la-defensa-del-territorio-y-la-avanzada-paramilitar-en-colombia/
[11] https://www.instagram.com/p/C869mOiM_Fa/?igsh=MWw4dTkxMm8wdWpuZQ%3D%3D&img_index=1
[12] https://www.rtvcnoticias.com/resurrecion-paramilitarismo-testigos-alvaro-uribe