El Gobierno atenta contra la seguridad de los participantes de la delegación de Norte De Santander del lanzamiento de Marcha Patriótica
El día Martes 17 de abril en la ciudad de Ocaña en una reunión que se sostuvo a las 11 de la mañana en la Alcaldía dados los inconvenientes logísticos que presentaba la ciudad para albergar a 1000 campesinos, el alcalde Jesús Antonio Sánchez Clavijo decidió de manera unilateral convocar al comandante de policía, la defensa civil, los bomberos y los medios de comunicación en donde se abalanzaron sobre el compañero encargado de logística de la ciudad de Ocaña a preguntarle qué era marcha patriótica, que de dónde salió, que si era un movimiento de la guerrilla, como en forma agresiva y queriendo generar controversia o agresividad, para lo cual el compañero se retiro de la reunión.
Asimismo, la emisora del ejército, Colombia Estéreo, este mismo día ha venido sosteniendo que la convocatoria que se realiza desde las organizaciones populares que hacen parte del comité de impulso de marcha patriótica para Norte de Santander, no es más que una treta de la guerrilla para convocarlos a un movimiento político que estaría construyendo ésta.
Esto demuestra que el interés que el ejército y el estado no es más que acallar la inmensa multitud de inconformes, de colombianos que estamos cansados de los circos que inventan para despistarnos de la realidad nacional y así ellos poder seguir gobernando sin problemas. Así como tampoco es nuevo que traten de vincular a la población civil que anhela una paz en Colombia, una transformación, con el conflicto armado y por ahí de paso, señalarlo para que las fuerzas oscuras al servicio de los que ostentan el poder sigan construyendo la historia de los silenciados.
Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que hagan un seguimiento constante y arduo para que la esperanza de un pueblo en búsqueda de la salida al conflicto de forma democrática, de cara a la sociedad en donde esta sea su principal protagonista, no tenga que pasar nuevamente por la restricción de libertades o en su peor y más utilizado instrumento, el derramamiento de sangre.