Mujer, semillas y tierra: continuidad de la vida en equilibrio
Mujeres de todo el continente se reunieron en Quito, Ecuador para reflexionar, fortalecer e integrar la visión feminista campesina.
Entre el 10 y el 12 de octubre de 2010 se reunieron en la Universidad Central de Ecuador en Quito, cerca de 500 mujeres representantes de organizaciones campesinas del cono sur, la zona andina, el caribe y centroamérica, para debatir e intercambiar experiencias y propuestas que fortalezcan el papel de la mujer como trabajadora, protectora y protagonista del campo.
Los días iniciaron y finalizaron con rituales de mística donde convergen la espiritualidad campesina, indígena y afrodescendiente. El salón donde sucedió la IV Asamblea Latinoamericana de la Mujer del Campo adoptó cuerpo, mente y espíritu de mujer.
La mística fue liderada principalmente por mujeres indígenas bolivianas. En el piso del recinto elaboraron un anagrama que en forma de círculo representaba la unión de las naciones a través de las semillas y productos agrícolas nativos. En el centro destacaba la hoja de coca, y alrededor el maíz, la papa, yuca, fríjol, entre otros.
Igualmente, en el ritual de mística del segundo día se hicieron oraciones al agua, el aire, la tierra y el fuego y concluyó con un desfile de mujeres ondeando banderas de sus países y organizaciones a la vez que lanzaban cánticos de reivindicación de la lucha de la mujer campesina.
«Sin feminismo no hay socialismo», «contra el saqueo del capital, por la tierra y la soberanía de los pueblos», «globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza», entonaban las mujeres con diferentes acentos y ritmos, propios de la diversidad de sus países de orígen.
En el primer día se realizaron dos conferencias una de ellas sobre soberanía alimentaria y mujer y la otra sobre feminismo y socialismo. Igualmente, se organizaron grupos de trabajo por región con el objetivo de construir informes sobre la situación de las mujeres del cono sur (Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil), la región andina (Colombia, Perú, Ecuador, Bolívia), el caribe (Haití, Nicaragua, Cuba) y centroamérica (México, Guatemala).
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El segundo día inició con la socialización de los informes. Entre los puntos comunes en todas las regiones, resaltaron el reconocimiento de seguir promoviendo la participación de la mujer en las organizaciones locales, regionales y nacionales. La búsqueda de la articulación de las mujeres de la región y la importancia de profundizar en las campañas para erradicar la violencia contra la mujer del campo en todos los países.
La jornada continuó con mesas de trabajo que abordaron temas como incidencia política y de comunicación, soberanía alimentaria, fortalecimiento organizativo, capacitación, semillas y tierra, equidad de género y campaña para erradicar la violencia contra la mujer.
La discusión y la búsqueda de acciones y estrategias que fortalezcan las campañas de erradicación de la violencia contra las mujeres del campo, acaparó la mayor atención, se habló de vincular a los hombres, principalmente a los jóvenes y niños en el tema, de abordar no sólo la violencia física, sino además educar y eliminar la violencia política, económica y sexual y de la neceisdad de fortalecer las campañas a nivel internacional.
Finalmente con otra mísitca cerró oficialmente la Asamblea. En esta oportunidad, se proyectaron imágenes gigantes de mujeres luchadores en todo el mundo mientras una compañera del cono sur cantaba «cambia, todo cambia».
Luego, se envió un último mensaje en todas las lenguas de las asistentes entre ellas creole, quechua, quichua, guarani, lengua mapuche, que decia «las semillas, la tierra y las mujeres somos la continuidad de la vida en equilibrio».