El hombre quien al parecer portaba un arma corta al ser abordado por uno de los escoltas asignados por la Unidad Nacional de Protección, solo respondió por el transporte público y se ubicó a pocos metros del lugar, desde allí realizó varias llamadas.
Punta Hermosa, históricamente ha sido el punto de control de movilidad de las estructuras paramilitares que ejercen presión en la zona, 20 años atrás esa presión era ejercida por el bloque Centauros o bloque Meta, hoy por la estructura autodenominada Autodefensas Gaitanistas de Colombia.
20 minutos después, la caravana que se dirigía hacia Villavicencio observó que un hombre y una mujer que se movilizaban en una moto realizaban registro fílmico desde un celular.
A eso de las 11:45 a.m., a la altura del punto conocido como restaurante Tío Pepe, sobre la vía que de Mapiripán conduce a Villavicencio, ingresó la pareja que minutos antes realizaba las grabaciones cuando iban a ser abordados por los acompañantes internacionales, el hombre y la mujer emprendieron la huida.
Estas acciones evidencian que 20 años después de la masacre de Mapiripán, persisten las acciones de control social del territorio, en medio de la fuerte presencia de fuerza pública.
Bogotá, D.C., julio 21 de 2017
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz