¡No son máquinas de guerra! Otro 12 de febrero para recordar al Estado sus obligaciones con la niñez

#DíaDeLasManosRojas

Cada 12 de febrero se conmemora el “Día Mundial de las Manos Rojas”, conmemoración que surgió como un acto de protesta en contra del reclutamiento, vinculación y el uso de niñas, niños y adolescentes (NNA) en la guerra. En Colombia, además se conmemora la firma del protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de niños en los conflictos armados, ratificado por Colombia en el año 2002.

La historia de un sin número de niños y niñas en Colombia, ha estado marcada por el contexto de violencia y el conflicto armado interno en el que han vivido. A esto se suma la pandemia producto del Covid-19, la cual apareció en 2020 y trajo, entre tantas consecuencias, el cierre de instituciones educativas y la agudización de la crisis humanitaria que viven diferentes comunidades en todo el territorio nacional, propiciando más escenarios de violaciones de derechos humanos y dejando en evidencia, la grave situación que viven las familias y que afecta, particularmente, niñas, niños y adolescentes.

Según cifras de la Unidad para la atención y reparación integral a las víctimas, en el 2020, año de la pandemia, se registraron un total de 38.981 niñas, niños y adolescentes, entre 0 y 17 años, víctimas del conflicto armado^[1]; y un total de 51 NNA, entre 6 y 17 años, desvinculados de grupos armados al margen de la ley^[2]. El panorama, hoy no es nada alentador, pues la misma Unidad reporta con corte al 31 de diciembre de 2021, que hay un total de 2’075.011 niñas, niños y adolescentes, entre 0 y 17 años, víctimas del conflicto armado^[3], es decir, aproximadamente el 22.3% de las víctimas registradas. Y como bien se menciona, son cifras de las víctimas registradas, pues estas siempre tienen un subregistro producto de los casos no identificados y/o denunciados.  

En lo que ha transcurrido de 2022 y con la intención de regresar a la normalidad post pandemia, el reclutamiento de menores de 18 años sigue siendo un hecho latente. En la mayoría de los casos, los  niñas, niños y adolescentes que son reclutados, pierden todo contacto con familiares, se les priva de derechos fundamentales; y la única respuesta del Estado colombiano en los últimos años, ha sido la de legitimar las muertes de estxs niñas, niños y adolescentes mediante bombardeos, revictimizándolos al llamarlos “máquinas de guerra^[4]”.

En el curso del presente año, el departamento de Arauca ha vivido un incremento de la violencia en contra de sus habitantes, incluyendo a las NNA. Solo en el mes de enero se conoció que la Consejería Presidencial para los Derechos Humanos y Asuntos Internacionales, tuvo que activar rutas para prevenir el reclutamiento en los municipios de Saravena, Fortul y Tame^[5].

Cabe resaltar que previamente, la Defensoría del Pueblo había emitido una alerta temprana sobre el mismo caso. Días más tarde, y ante los hechos de violencia, la Defensoría emitió nuevamente una alerta temprana en la que advierte de un posible riesgo de reclutamiento forzado de niñas y niños en los municipios de Arauquita y Saravena, además de recalcar que se han emitido diez alertas relacionadas con la situación de seguridad en Arauca^[6]. Así mismo, la Oficina de Asuntos Humanitarios (Ocha) de Naciones Unidas, emitió una alerta sobre la violencia en el departamento y el riesgo de reclutamiento que ha causado el desplazamiento forzado de 1.531 personas de los municipios de Arauca, Arauquita, Saravena y Tame^[7].

Año tras año se sigue conmemorando el Día de las Manos Rojas en Colombia. Sin embargo, ante la cruda realidad sobre el reclutamiento, vinculación y el uso de niñas, niños y adolescentes en el marco del conflicto armado, se deben fortalecer los mecanismos y rutas de cuidado, atención y sobre todo prevención, para esta población, que cabe recordar, son sujetos de protección especial. Es clave que el Estado actúe de forma inmediata y tenga como principio garantizar los derechos y salvaguardar la vida de las NNA frente a cualquier escenario, reconociendo que la niñez violentada por la guerra tiene que ser considerada primordialmente como víctima, especialmente en contextos de reclutamiento y conflicto armado. De esta forma, se requiere de la debida diligencia del Estado y de medidas efectivas que garanticen que las NNA no puedan ser estigmatizados y señalados por funcionarios públicos, que contrario a su deber legal y constitucional, lxs revictimiza justificando las agresiones y violaciones de DDHH que sufren.

^[1] Datos extraídos de la Unidad para la atención y reparación integral a las víctimas. Porcentaje de niñas, niños y adolescentes víctimas del conflicto armado.  https://www.unidadvictimas.gov.co/es/indicadores-de-infancia-adolescencia-y-juventud/37397

^[2] Datos extraídos de la Unidad para la atención y reparación integral a las víctimas. Porcentaje de niñas, niños y adolescentes desvinculados de grupos armados al margen de la ley.  https://www.unidadvictimas.gov.co/es/indicadores-de-infancia-adolescencia-y-juventud/37397

^[3] Datos extraídos de la Unidad para la atención y reparación integral a las víctimas. https://www.unidadvictimas.gov.co/es/registro-unico-de-victimas-ruv/37394

^[4] https://www.swissinfo.ch/spa/colombia-conflicto_ministro-colombiano-de-defensa-llama–m%C3%A1quinas-de-guerra–a-ni%C3%B1os-reclutados/46437914

^[5] https://www.infobae.com/america/colombia/2022/01/12/consejeria-para-los-derechos-humanos-alerta-por-reclutamiento-de-menores-en-arauca/

^[6] https://www.infobae.com/america/colombia/2022/01/21/defensoria-advierte-de-posible-reclutamiento-de-menores-en-arauca/

^[7] https://www.kienyke.com/regiones/onu-alerta-desplazamiento-en-arauca