Multimedia: Humanidad Vigente 14 años trabajando por la niñez
A pesar de que el Estado colombiano el 28 de enero de 1991 había ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño, adquiriendo el compromiso de garantizar la realización de los derechos en ella consagrados, en el año de 1997, el nivel de incumplimiento de los compromisos estatales para la aplicación de los derechos de los niños y las niñas era bastante significativo: 30.000 niños y niñas vivían en las calles, 2.500.000 niños sufrían de explotación laboral, más de 1.500.000 sufrían por el desplazamiento forzado, con lo que en ese entonces, 5.391 niños y niñas infractores de la ley penal se encontraban privados de la libertad sin garantía alguna.
Tratando de aliviar esta situación y sus efectos, diferentes organizaciones no gubernamentales en Colombia dedicadas a adelantar actividades de educación, artísticas, culturales, de mejoramiento nutricional, de albergue, estaban comprometidas con la protección y rehabilitación de niñas y niños que se encontraban en situaciones especialmente difíciles tales como prostitución infantil, indigencia, maltrato intrafamiliar, explotación laboral, etc. Estas son labores muy valiosas pues logran solucionar en buena medida la situación de aquellas y aquellos; y en algunos casos prevenirla; y aún sin consciencia de ello, se constituían como una labor de promoción y defensa de los derechos humanos económicos, sociales y culturales.
Sin embargo, estas respuestas de carácter inmediato, si bien importantes, eran insuficientes porque con la ratificación de la Convención, el papel de la sociedad debía encaminarse hacia la vigilancia para que el Estado cumpla con los compromisos adquiridos con dicha ratificación, no sólo encasillarse en dar respuestas coyunturales a situaciones particulares, sino avanzar hacia la búsqueda de soluciones estructurales. Tal como lo plantea la propia Convención: pasar de una política de situación irregular a una política de protección integral como camino hacia la real vigencia de los derechos de las niñas y los niños.
Asi las cosas, el proyecto se comprometió con aportar en la superación de la situación asumiendo un papel de ciudadanía activa desde la defensa de los derechos de las niñas y de los niños, a través de la exigencia al Estado de sus obligaciones frente a esto, teniendo como marco la Convención y la Constitución Política; enfocando el accionar en situaciones que sufren aquellas y aquellos en el contexto de violencia sociopolítica en Colombia.