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Las víctimas del ocho de enero viven

Escrito por  el 
1 febrero, 2012
    Ramiro del Cristo Ulloa, José Daniel Ayala Avellaneda, Matías Antonio Díaz Martínez, Samuel Antonio Pardo, Olinto Fuentes Ortega, Miriam Riobo Uribe, Fabián Ramírez, Luis Alfredo Sereno Ravelo, Rubén Darío Encizo Ulloa, Claudio Liévano Moreno, Vicente Guaiteros, Reinaldo Jiménez, Ramiro Vásquez López.

    Ex alcalde del municipio, candidato a la alcaldía, profesores, ama de casa, menor de edad, empleados, jornaleros, campesinos, personas del común que departían en lugares públicos del día 08 del mes de enero del año de 1999. Y hasta allí les llegó la muerte.

    Apareció un grupo de paramilitares al mando de Julián Bolívar quienes venían con la orden expresa de matar a todo el que estuviera en el camino porque hacían parte de la guerrilla de las Farc. Esa fatídica noche llegaron al puerto del municipio y entraron por la calle principal donde empezaron el recorrido de la muerte. Llegaron a los billares «Puerto Colombia» donde masacraron a sus primeras víctimas, en la calle siguieron con el terror asesinando a transeúntes que a las 10 de la noche se encontraban allí. Pasaron por la cantina «El Paraíso» donde dejaron huérfanos, viudas y novias comprometidas; se dirigieron a la discoteca «Los Espejos» donde terminaron su labor: terminar de masacrar otras personas hijos e hijas de San Pablo. Cumplieron su mandato. Sembraron el miedo y el terror entre la población.

    Doce años después las familias aún no han tenido respuestas sobre sus seres queridos y sólo se quedaron con un auxilio fúnebre de $400.000 que les dio la gobernación de Bolívar para gastos mortuorios.

    Las familias se sienten solas, desamparadas de las Leyes y de la justicia y ni siquiera han podido dignificar el nombre de sus seres queridos porque el autor intelectual en versión por la Ley de justicia y Paz anotó que ellos tenían plenamente confirmado que estas personas hacían parte de las guerrillas de las Farc.

    Es bien claro la omisión y la complicidad que tuvo esta operación paramilitar con la policía y el ejército de Colombia porque no defendieron en ningún momento a la población civil del ataque. Esto lo confirmó también en versión Julián Bolívar.

    Que siga viva la memoria de nuestras víctimas como la llama de la luz que alumbran nuestras esperanzas.

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